Los trabajadores de medios alternativos, autogestivos, comunitarios y populares creemos justa y necesaria nuestra participación con derechos plenos, lo cual incluye poder de voto y posibilidad de ocupar lugares de decisión, en el nuevo sindicato que está naciendo.

Somos trabajadores y trabajadoras de prensa: durante estas décadas fuimos testigos del vaciamiento que desarrolló la actual dirigencia de la Unión de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires de un sindicato al que no solo inutilizó, sino que desvistió de sus herramientas para defender, asistir y acompañar las batallas del sector. Fuimos testigos de todo aquello que con nuestro trabajo difundimos y con nuestro compromiso repudiamos. En ese contexto, esa dirigencia contribuyó al desgaste en los trabajadores asalariados que tiene consecuencias duras como el no reconocimiento entre pares, la apatía hacia la organización colectiva y la consiguiente merma en la afiliación/participación gremial. Las patronales se aprovecharon de este efecto para negar derechos, perseguir a la organización sindical de base y precarizar aún más la profesión.
Creemos que los trabajadores de medios populares, autogestivos, comunitarios y alternativos podemos potenciar la energía de la lucha que en los últimos años se ha encarado ante la inacción de la conducción de la UTPBA.

Queremos hacerlo.

Somos trabajadoras y trabajadores de prensa y, como tales, necesitamos un espacio gremial para organizar y batallar por nuestros derechos, espacio que fue negado por la burocracia del sindicato existente que no solo dejó en soledad a los trabajadores y trabajadoras asalariados, sino que despreció a nuestros medios y a nuestras tareas mientras no les fuimos útiles para continuar perpetuándose en sus puestos.

Somos trabajadoras y trabajadores de prensa a pesar de no erigir nuestra labor en estructuras verticales que requieren de patrones. No somos una simple opción al mercado concentrado ni somos una salida fácil al sistema expulsivo de los medios comerciales. Somos miles de trabajadores de prensa en todo el país que elegimos organizarnos en cooperativas o colectivos porque no aceptamos la verticalidad o la voz del patrón ni toda la estructura burocrática de los medios que cada vez recortan más las posibilidades de crecer como periodista. Apostamos a una comunicación que se rija por preceptos distintos a los que regulan a los medios comerciales, pero no por eso dejamos de poner nuestra fuerza de trabajo para echar a andar un medio.

Ese “somos trabajadoras y trabajadores”, en el caso de los medios autogestivos, alternativos y populares incluye, al igual que en las empresas, a quienes realizan tareas periodísticas y a quienes colaboran en el diseño de los medios, en fotografía, en la corrección de los textos, en las tareas administrativas, de mantenimiento y de limpieza: todos quienes participan de la construcción de los medios alternativos, autogestivos, comunitarios y populares son trabajadores con iguales derechos. La actividad que nos enlaza a todos es la de la comunicación.

Un sindicato nuevo no puede nacer mirando las estructuras comunicacionales del pasado. Los nuevos desafíos y paradigmas de la comunicación, los cambios por la pluralidad de voces no llegarán desde las empresas mediáticas concentradas sino que son forjados por las radios y televisoras comunitarias que dieron fundamento a la Ley de Medios y exigen su cabal cumplimiento; por las publicaciones gráficas que denuncian la monopolización del papel, la distribución y la venta. Surge de los proyectos independientes digitales, audiovisuales o gráficos que dan vida al nuevo periodismo, expulsado por la concentración y la flexibilización laboral. Si no comprendemos y acompañamos esas luchas, la lucha por otra comunicación, seguiremos corriendo detrás de las reglas de juego comerciales. Los trabajadores de prensa no vendemos productos, sino que velamos por el derecho a la comunicación.

A pesar de que tenemos y damos algunas luchas cuyas metas son diferentes que las asalariadas, entendemos que un nuevo sindicato debe pensarse desde el desafío de lo que representa ser trabajador y trabajadora de prensa en la actualidad: asalariado, precarizado o autogestionado. Todos somos y queremos lo mismo: dignidad y respeto. Y todos aquellos que estemos dispuestos a luchar por eso debemos reunirnos en un mismo espacio a pensar cómo sumar fuerzas para conseguirlo.

Sabemos que no es fácil, pero hay experiencias como las de los sindicatos de Prensa de Córdoba y Tucumán que nos demuestran que el colectivo, el diverso, es el camino correcto para construir y fortalecer una herramienta gremial democrática que nos represente a todas y todos. La exclusión la crean las patronales. La unidad es tarea de las y los trabajadores. Demos el primer paso, entonces.

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